¿POR QUÉ TENEMOS FIEBRE?

¿Qué es la fiebre?

El cuerpo mantiene una temperatura constante mediante un centro, llamado termorregulador, localizado en una parte del cerebro llamada hipotálamo. Cuando ese centro, por diferentes causas, establece una temperatura más elevada, se produce la fiebre.

Habitualmente la temperatura es algo más baja a primera hora del día, en torno a las 6 de la mañana, y alcanza su máximo entre las 4 y las 6 de la tarde. A esas horas, temperaturas de hasta 37,7 grados pueden ser perfectamente normales.

Hablamos de febrícula si la fiebre es de escasa magnitud (menor de 38º C) y de fiebre si se superan los 38 ºC.

La fiebre muy elevada o acompañada de síntomas muy acusados debe ser tratada. También en los casos de convulsiones febriles en los niños, en la mujer embarazada, o en enfermos con alteración importante cardiaca, pulmonar o cerebral.

Sin embargo, no parece tan claro que sea necesario quitar la fiebre leve o moderada, y en muchas ocasiones puede ocultar información importante para el diagnóstico.

¿Cuáles son los síntomas habituales?

Son síntomas inespecíficos, muy variables de unas personas a otras, y distintos también según la enfermedad que es causa de la fiebre.

Los más comunes son dolor de cabeza, dolores musculares generalizados, o más localizados en la región lumbar, dolores articulares y somnolencia. Los escalofríos ocurren durante el ascenso de la temperatura, y son el reflejo del aumento de actividad muscular que el centro termorregulador ordena para aumentar la temperatura corporal.

La irritabilidad o el delirio aparecen con más frecuencia en personas mayores, mientras que las convulsiones febriles son típicas de los niños menores de cinco años.

Los síntomas más habituales son:

  • Dolor de cabeza.

  • Dolores musculares.

  • Somnolencia.

  • Escalofríos.

¿Cuáles son las causas?

La fiebre está relacionada habitualmente con la estimulación del sistema inmunitario del organismo, ya que ayuda a combatir a determinados organismos que causan enfermedades.

Entre las causas más comunes están:

  • Infecciones.

  • Trastornos inflamatorios o autoinmunitarios.

  • Coágulos de sangre y tromboflebitis.

  • Medicamentos (algunos antibióticos, antihistamínicos y anticonvulsivos).

  • El abuso de anfetaminas y la abstinencia de una sustancia psicotrópica en un adicto a ella.

  • La recepción de calor emitida por maquinaria industrial o por insolación.

  • El primer síntoma de un cáncer puede ser fiebre.

¿Cómo la tratamos?

Los fármacos más empleados en el tratamiento de la fiebre son el paracetamol y los antiinflamatorios no esteroideos, como el ibuprofeno y el ácido acetilsalicílico (no utilizar en niños). También los corticoides pueden ser eficaces, pero tienen otros muchos efectos que no hacen aconsejable su uso en esta indicación.

En muchas ocasiones puede ser suficiente con medidas físicas para bajar la temperatura, tales como compresas húmedas o baños templados.

El tratamiento definitivo de la fiebre será siempre el tratamiento de la enfermedad que la causa.

Fuente: https://www.cun.es/enfermedades-tratamientos/enfermedades/fiebre